Incluso cuando son efectivos, la gente suele odiar los anuncios. Una forma de crear un anuncio que funcione y que haga que la gente tenga una buena opinión de tu marca es usar el humor; un antiguo truco para caer bien a cualquiera.
A continuación descubrirás cómo funciona el humor en la publicidad y cómo puedes utilizarlo de manera efectiva.
¿Por qué funciona el humor en la publicidad?
El humor es una característica humana maravillosa y única (que sepamos). Junto con el contacto físico, el afecto y otros comportamientos, el humor se puede usar para establecer relaciones emocionales entre las personas y los grupos.
En el mundo capitalista, las empresas pueden apropiarse de este bonito, inherente y universal rasgo humano para vender productos y servicios, obtener ganancias y potenciar su identidad de marca.
Por eso, el humor es una herramienta muy importante en la publicidad; y los anuncios graciosos pueden permanecer en la memoria de las personas, ayudándoles a recordar tu marca y haciendo que se activen sus neurotransmisores (lo que significa que asociarán tu producto a una sensación de despreocupación y alegría, y habrá más probabilidades de que te den su dinero).
Respondiendo a la pregunta de por qué el humor funciona tan bien en la publicidad, se debe principalmente al hecho de que hace que las marcas parezcan más humanas. Sin embargo, dado que el objetivo de toda marca es hacer dinero (en la mayoría de los casos), el humor es un truco, y no un indicador de la humanidad de una empresa.
El humor en publicidad funciona creando un vínculo entre una marca y una persona, lo que aumenta las probabilidades de que esta última se sienta atraída por la primera.
¿Cuándo funciona el humor en un anuncio?
Como ocurre en las interacciones interpersonales, para que el humor funcione en la publicidad, debe usarse de forma apropiada. Todos conocemos esa sensación que produce un chiste a destiempo. Si publicas un anuncio que comete ese desafortunado error, más vale que al menos se convierta en algo memorable (al fin y al cabo, cualquier publicidad es buena), o de lo contrario no tendrá ningún efecto positivo.
Con esto en mente, vamos a ver los factores clave que hay que tener en cuenta a la hora de utilizar el humor en un anuncio, y algunos errores que deben evitar las empresas.
Deberá ajustarse a la filosofía y la identidad de la marca
En general, el humor deberá estar en la misma línea que la marca. Por ejemplo, una funeraria probablemente deba evitar el uso de anuncios graciosos, ya que lo más seguro es que ahuyente a su público objetivo. Dicho esto, si el humor es lo suficientemente inteligente y se lleva a cabo de manera adecuada (y con la intención apropiada), no hay límites en cuanto a dónde o cuándo se puede usar.
Pero si quieres ir a lo seguro, determina cuál es el núcleo emocional de tu marca y utiliza el humor de forma que lo refuerce. Ocasionalmente, si se emplea con astucia también se puede usar para desvirtuar las expectativas que rodean a una marca y generar un nuevo interés.
Deberá ser relevante para el público objetivo
Independientemente de cuál sea el chiste, deberá atraer a tu público objetivo. No sirve de nada adoptar un enfoque humorístico si las personas que compran tus productos o servicios no lo van a encontrar gracioso.
En general, los diferentes grupos de personas tienen ideas distintas de lo que resulta gracioso, y a veces estas opiniones varían drásticamente. Por lo tanto, es fundamental identificar a tu público objetivo y su sentido del humor. Si te equivocas, podrías alienar a un grupo demográfico clave, incluso si lo que has creado les parece gracioso a otras personas.
Deberá ser respetuoso
En la actualidad, el humor es una especie de campo de minas. Especialmente cuando un anuncio se difunde por las redes sociales, los matices tienden a perderse. Como resultado, el tono podría malinterpretarse, y tu intento de humor puede resultar más ofensivo de lo que crees.
Así que, lo mejor es ir a lo seguro, salvo que tengas una seguridad completa en lo que estás haciendo. En general, es mejor evitar las bromas a expensas de una persona o un grupo determinados; no porque sea negativo para el negocio, sino porque es negativo para el mundo.
Deberá ser apropiado para la plataforma en cuestión
Los diferentes medios de comunicación se prestan a distintos tipos de publicidad. Por ejemplo, un anuncio de televisión deberá transmitir un relato divertido en hasta solo 15 segundos.
En cambio, los anuncios estáticos se prestan incluso a las formas de humor más fundamentales o superficiales, ya que muy pocas personas están dispuestas a prestarles la atención necesaria que requeriría algo más desarrollado.
Los anuncios en redes sociales se encuentran en un punto intermedio (dependiendo de la plataforma y del tipo de anuncio), pero deben captar la atención de la gente de inmediato, y no durar más tiempo del necesario.
En general, en publicidad, es más fácil optar por lo sencillo y usar un humor que sea obvio pero tal vez no excepcionalmente gracioso. Transmitir algo que sea realmente divertido en un espacio y tiempo limitado es muy difícil, y requiere de una gran habilidad.
Deberá transmitir el mensaje
Cuando se usa el humor en un anuncio, debe transmitir el mensaje, la marca, producto o lo que sea que quieras comunicar. Si solo buscas un mayor reconocimiento, tendrás más libertad en cuanto a cómo usar el humor, ya que tu objetivo será provocar una reacción.
Pero si estás tratando de promocionar algo más concreto (como un producto), el humor funcionará mejor si está relacionado con lo que sea que vas a promocionar. Si no tiene nada que ver, es posible que la gente disfrute del anuncio pero no se involucre de una forma relevante.
Deberá tener en cuenta la localización
Puede que la risa sea algo universal, pero lo que la gente encuentra gracioso es muy específico y difiere enormemente entre distintos grupos, regiones, culturas, etc. El humor es algo que está muy localizado, por lo que si lo vas a utilizar en la publicidad, deberás investigar por tu cuenta y asegurarte de que se adapte a tu público objetivo. En realidad, un anuncio gracioso debería ser escrito por alguien del público objetivo, o las probabilidades de que no haga gracia serán bastante altas.
Además, el humor está muy ligado a los idiomas, y a menudo se pierde al traducirlo, incluso cuando no se trata de juegos de palabras.
Trabaja con humoristas
Muchas marcas contratan humoristas o escritores de comedia profesionales para que les ayuden a crear anuncios graciosos. Estas personas tienen mucha más idea de lo que funciona y lo que no en lo que respecta al humor. Así que, en lugar de hacerlo a ciegas, contrata a alguien que tenga experiencia. Si quieres atraer a las masas, tu mejor apuesta es un humorista.
Pide una segunda opinión
Nunca publiques un anuncio humorístico sin pedir una segunda, tercera e incluso cuarta opinión. Es más, trata de conocer el punto de vista de varias personas distintas, no solo de un montón de gente como tú. De esta manera, te harás una mejor idea de cómo podría ser recibido entre las personas de diferentes grupos. Además, es una buena forma de averiguar si alguien podría ofenderse por algo que a ti te parece apropiado.
Acertar con el humor es clave a la hora de crear un anuncio divertido. Esto significa que deberá adaptarse a la identidad de tu marca, de tu público objetivo y, lógicamente, ser gracioso.
¿Cómo se usa el humor en la publicidad?
En la actualidad, el humor se utiliza a menudo en publicidad para hacer que las marcas resulten memorables; pero también puede hacer que resulten molestas. Hay una línea muy delgada entre estos dos desenlaces, pero muchas marcas modernas optan por molestar un poco para que sus anuncios permanezcan en la mente de los consumidores.
Sin embargo, dejando a un lado este tipo de “humor”, los anuncios cuya intención es conseguir que la gente se ría, pueden funcionar muy bien… o muy mal.
Un ejemplo de humor bien utilizado en publicidad son los anuncios de Fabada Litoral. En general, estas campañas publicitarias humorísticas se consideran exitosas por varias razones:
• Crean una imagen alegre y entrañable de la marca
• Son memorables y dejan a la gente con ganas de más.
• Promueven su viralidad, lo que supone publicidad gratuita.
• Crean personajes y narrativas consistentes
• Crean una conexión entre las marcas y los clientes
En cambio, los anuncios que utilizan el humor sexual o tratan de degradar ciertos grupos sociales suelen fracasar. Por ejemplo, el anuncio de bóxers Kmart de 2013 “Show Your Joe”, en el que seis hombres en calzoncillos con temas navideños movían las caderas al ritmo de unos cascabeles, se consideró sobre todo desagradable o sencillamente estúpido.
Cuando el humor se usa bien, puede crear una marca entrañable que permanezca en la memoria de los consumidores y fomente la viralidad. Pero si se hace mal, podría dañar mucho la imagen de una marca.
El humor en el marketing: Ofrece un gran potencial si se hace bien
En resumen, el humor es una de las mejores herramientas publicitarias que tiene a su disposición una marca, pero solo si se lleva a cabo con éxito. Si algo no es gracioso o, peor aún, es ofensivo, solo harás daño a tu marca. Pero si aciertas con el tono y haces reír a la gente, dominarás uno de los trucos publicitarios más poderosos que existen.
